Página en blanco
miércoles, julio 13, 2005
  Capítulo 1 de proyecto de novela
A modo de prólogo:
Aquí no hay ficción

Hace siete noches maté un hombre. Lamento haberlo hecho, aunque la muerte de ese tipo no me importe en lo absoluto. Alonso, mi sobrino de ocho años, vio todo y desde ese día no ha vuelto a hablar. Él junto a Rita, mi hermana melliza, son las personas que más amo. Si lo pienso, creo son las únicas personas que amo. Lo de Karla es distinto, ya tendré tiempo de explicarlo. Rita es sicóloga y está convencida de que el mutismo de su hijo es temporal. Yo también quisiera pensar lo mismo.
Me da una lata tremenda tener que hablar de mí y de mi familia, incluso el hecho de escribir esto en mi computadora –como lo estoy haciendo ahora– me produce hastío. Yo sólo escribo historias ajenas, historias que robo por ahí, en las calles, en las salas de espera y principalmente en el metro. Encuentro demasiado fácil contar una historia autobiográfica. No le veo la gracia. Cabe aclarar que yo no lo veo la gracia a casi a nada, sólo a las cosas que hace Alonso. Mi secreto para robar historias es concentrarse en las voces. Cierro los ojos y escucho el murmullo, de a poco empiezo a separar las voces, a relacionarlas, a distinguir cual voz habla con otra y cuando creo que he logrado captar algo interesante, lo anoto en mi libreta. De ahí saco, supuestamente, cuentos y poemas. En realidad sólo he escrito un par de cuentos y un par de poemas. Soy demasiado exigente con las historias y con mis textos, pero ojo, eso no asegura la calidad de ellos. Aclaro que lo que cuento finalmente (sea en prosa o en versos) no es necesariamente igual a lo que escucho. Rescato la esencia y trato de construir algo, y tampoco sé distinguir muy bien un cuento de un poema. El problema es que mis poemas son demasiados narrativos, me ha dicho Rita en innumerables ocasiones. En el fondo sé que como poeta apesto (el premio que gané hace un mes y medio no cambia en nada mi opinión) y constatar eso me produce cansancio, no pena.
Voy a contar esta historia –y de hecho éste sería mi primer proyecto de relato largo o novela, como se quiera llamar, ya que prefiero los cuentos y los poemas; todavía no he leído una novela que sienta que no está sobrescrita– para que quede un documento de lo que me ha pasado estas últimas semanas, una especie de testimonio de lo que me sucedió entre el 25 de julio y el 8 de agosto del 2004. Hoy es domingo 15 de agosto y esta última semana no ha parado de llover. A veces pienso que seguirá lloviendo hasta que Alonso diga algo. Lo que es yo, no voy a parar de escribir hasta terminar esta historia, mi historia, que quizá no cuaje mucho con la historia de los demás protagonistas, incluyo en esto la historia del muerto...
 
Comentarios:
Un comienzo apetecedor... ¿Quién será el muerto? ¿Quién es Rita?
¿Habrá más entregas por este blog o habremos de esperar la versión en tinta y papel?
 
Un comienzo apetecedor... ¿Quién será el muerto? ¿Quién es Rita?
¿Habrá más entregas por este blog o habremos de esperar la versión en tinta y papel?
 
Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]





<< Página Principal
Bitácora de vuelo de un aspirante a escritor (y ser humano)

Mi foto
Nombre: roberto fuentes

Nada. Sólo soy un escritor.

Archivos
junio 2005 / julio 2005 / agosto 2005 / septiembre 2005 / octubre 2005 / noviembre 2005 / diciembre 2005 / enero 2006 / febrero 2006 / marzo 2006 / abril 2006 / mayo 2006 / junio 2006 / julio 2006 / agosto 2006 / septiembre 2006 / octubre 2006 / noviembre 2006 / diciembre 2006 / enero 2007 / marzo 2007 / mayo 2007 / julio 2007 / abril 2008 /


Powered by Blogger

Suscribirse a
Entradas [Atom]