arena procesada es riesgoso que conduzca el auto si ando deprimido manejando es cuando más me desdoblo y el auto se las bate solo como los caballos de paseo que hay en las playas dos veces he chocado –no es un mal registro– y esos choques avalan lo que he dicho el estar deprimido es desdoblarse –no explicaré eso– y si me subo a mi auto en ese estado miro el parabrisas a la pasada como si fuera una ventana –de hecho lo es– y luego miro dentro del vidrio y entro en él y me veo frente al volante y noto mi cara de nada de inminente suicidio y me doy lástima entonces lucho por no volver y quedarme atrapado ahí entre la arena procesada un día de estos lo lograré y obviamente voy a morir pero en realidad me habré salvado sólo espero que el parabrisas no quede muy mal desdoblarse a pedacitos no debe ser muy grato |
A los seis años juro que me creía Ultraman. Y los árboles del pasaje de tierra eran los monstruos y yo los pateaba con fuerza. A los seis años sólo pensaba en cómo rellenar de diversión cada segundo de mi vida. Jugar a la pelota me ayudaba mucho en eso, me lo pasaba horas enteras junto a mis amigos corriendo detrás de la de cuero. A los seis años pensaba que las niñas eran fomes: corrían despacio y eran muy delicadas. A los seis años estaba convencido de que Pinochet era una especie de rey y que ser comunista era peor que ser delincuente. A los seis años mi vecino cultivaba marihuana por montones y eso me provocaba inquietud. "Los marihuaneros" me daban algo de miedo; en cambio los borrachos me parecían graciosos. A los seis años era flaco como un silbido y muy enfermizo. A los seis años aprendí a leer. Eso, de cierta forma, me salvó. |
graciosos |
torturador a la vista un desvío de mirada la cabeza gacha alguien diría que estás arrepentido alguien que no sepa que los muertos los secos no miran hacia atrás no son búhos son aves de carroña que ahora vuelan bajo casi a ras de suelo tampoco es vergüenza es cobardía ya no tienes un garrote en la mano ni yo estoy amarrado a una silla |
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